El 3 de diciembre de 1920 se inauguraba en Burgos, el Seminario Español para Misiones Extranjeras. Impulsado por el Papa
Benedicto XV y hecho realidad por el Arzobispo de Burgos Joan Benlloch, que
procedía de la sede de Seo de Urgell, se hacía realidad el esfuerzo de D.
Gerardo Villota de que los sacerdotes diocesanos pudieran salir a la misión ad gentes. Este es un hecho que nos parece normal y razonable en
nuestros días pero que no era así en los pasados. Seguía de esta manera a otros
Institutos misioneros como MEP en Francia o PIME en Italia, etc
Hoy
en día, el IEME quiere estar al servicio de la Iglesia española como un cauce
válido para que los sacerdotes españoles podamos participar en la misión ad
gentes de la Iglesia y para que las diócesis puedan expresar también su
compromiso y solicitud misionera de la Iglesia Universal. Es así que el IEME es
una Sociedad de Vida Apostólica de sacerdotes seculares diocesanos españoles
que se asocian entre sí para dedicarse a la actividad misionera ad gentes.
Como
diocesanos, nos integramos en las diócesis de destino al servicio de la Iglesia
local en los ámbitos que se consideran más misioneros. También en aquellas
tareas que la Iglesia local nos solicita.
El estilo de vida de los misioneros del IEME
viene marcado por la misión y puesto que el ministerio y la misión tienen una
radical “forma comunitaria“(PDV,17) consideramos necesario cultivarla y vivirla
y expresarla en la vida de equipo, donde
se comparta la fraternidad y se anime mutuamente en la fe.
El
IEME lleva a cabo su actividad misionera en 12 países, seis de América Latina y
el Caribe, cuatro de África y dos de Asia. En España hay algunos misioneros en
los Servicios Comunes de Dirección y en la Animación misionera.
El
IEME mira al futuro y está convencido que la misión ad gentes dinamiza la vida
de nuestras comunidades y se convierte en dimensión paradigmática de la vida de la Iglesia (Domund
13). Cree importante que una buena preparación específica antes de salir a la
misión y el acompañamiento a los nuevos misioneros es condición necesaria para
que la misión ad gentes, sea una
propuesta seria de fe y se haga con respeto, dinámica y de calidad.
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