¿Cómo realizar el encargo recibido? Y el encargo es: ¡Vayan
por el mundo entero y anuncien el Evangelio a toda criatura! (Mc 16, 15). No hay excusa para
cambiarlo ni excusa para posponerlo porque lo ha fijado él con firmeza y con
carácter de urgencia.
Toda la comunidad, toda la Iglesia, está embarcada en esa misión que el Maestro le ha encargado. Ninguno
puede quedarse quieto. Tanto el mártir que da su vida por él como el cristiano de
a pie, que aborda la lucha de cada día sin acomodarse a las demandas de la
comodidad egoísta ni doblegarse ante lo injusto, están siendo proclamadores de ese anuncio
insoslayable.