jueves, 14 de agosto de 2014

EL HNO. MIGUEL PAJARES NOS DEJÓ EL LISTON MUY ALTO

                Acabo de participar en el funeral del religioso de S. Juan de Dios  Miguel Pajares Martín. Como todos saben ha sido el primer español y europeo muerto a causa de la terrible enfermedad del ébola contraída en Monrovia, Liberia. La parafernalia de cámaras de TV y fotógrafos contrastó totalmente con el serio mensaje transmitido por los religiosos de S. Juan de Dios organizadores del acto litúrgico. Desde el comienzo lo dijeron: al P. Miguel no le gustaría que hablemos de él, le gustaría que hablemos de los enfermos de ébola, de los pobres, de los países empobrecidos, de los que dedican sus energías y su tiempo a los enfermos, de los cooperantes solidarios… Quizás por eso nunca –ni como difunto- lo mencionaron sólo a él en la misa, sino junto a los otros dos religiosos ya muertos, a la hermana Chantal y a los muchos anónimos, víctimas de la fatal enfermedad. Y nos hablaron del testamento de compromiso y solidaridad que su testimonio nos deja.


                Lo rubricó también monseñor Braulio Rodríguez, presidente de la Comisión Episcopal de Misiones y arzobispo de Toledo, la diócesis de la que procedía el P. Miguel. Nos dijo monseñor: el problema nuestro –especialmente de los católicos de nuestra sociedad- es el miedo a amar, a entregarnos, a servir, como el P. Miguel y tantos misioneros y misioneras hacen.
                Fue precisamente don Braulio quien presidió la eucaristía en la capilla del Hospital de S. Rafael, en Madrid, rodeado de una treintena de sacerdotes, los familiares del P. Miguel, miembros de S. Juan de Dios y personalidades sanitarias, encabezadas por la Ministra de Sanidad.
                El texto evangélico proclamado y meditado nos obligaba a asumir esa realidad, comprensible solo desde la fe: si el grano de trigo no cae a tierra y muere no da fruto. Un grano más ha caído con el P. Miguel Pajares y estamos seguros que dará mucho fruto en las fértiles tierras africanas. Ojala también en los católicos españoles  que fácilmente pasamos de noticia en noticia como el agua que resbala.
                                                                                                              José María Rojo


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